Cuando hace un tiempo un colega y emprendedor mexicano me comentó que estaba realizando unas exploraciones abordando la tecnología de los drones para usos periodísticos, corroboraba una tendencia que venía siguiendo hace dos años con la puesta en funcionamiento del Drone Journalism Lab en la Escuela de Periodismo y Medios de la Universidad Nebraska-Lincoln.
Pero ¿qué es un drone y como puede aplicarse al desarrollo del periodismo?. En primer lugar, un drone, según la Wikipedia, es un vehículo aéreo no tripulado –conocido en español como VANT —y como UAV, por las siglas en inglés de Unmanned Aerial Vehicle—, o sistema aéreo no tripulado —UAS de Unmanned Aerial System. Un drone es, básicamente, una aeronave que vuela sin tripulación.
Aunque hay UAV de uso civil recientemente certificados, como el FT-ALTEA, también son usados en aplicaciones militares, donde son denominados vehículo aéreo de combate no tripulado —UCAV por su nombre en inglés—. Para diferencia los VANT de los misiles, un VANT se define como un vehículo sin tripulación reutilizable, capaz de mantener un nivel de vuelo controlado y sostenido, y propulsado por un motor de explosión o de reacción. Por tanto, los misiles de crucero no son considerados VANT porque, como la mayoría de los misiles, el propio vehículo es un arma que no se puede reutilizar, a pesar de que también es no tripulado y en algunos casos guiado remotamente.
Existen variedad de formas, tamaños y características de drones que dependerán del uso que se les vaya a dar. Históricamente los VANT o drones eran simplemente aviones pilotados remotamente pero cada vez más se está empleando el control autónomo de los VANT. En este sentido se han creado dos variantes: algunos son controlados desde una ubicación remota, y otros vuelan de forma autónoma sobre la base de planes de vuelo preprogramados usando sistemas más complejos de automatización dinámica.
Actualmente, los VANT en usos militares realizan tanto misiones de reconocimiento como de ataque. Si bien se ha informado de muchos ataques de drones con éxito, también son susceptibles de provocar daños colaterales y/o identificar objetivos erróneos, como con otros tipos de arma. Los VANT también son utilizados en un pequeño pero creciente número de aplicaciones civiles, como en labores de lucha contra incendios o seguridad civil, como la vigilancia de los oleoductos. Los vehículos aéreos no tripulados suelen ser preferidos para misiones que son demasiado «aburridas, sucias o peligrosas» para los aviones tripulados. Dentro de esos usos civiles, su aplicación puede adaptarse al mundo del periodismo.
En esta línea, La Facultad de Periodismo y Comunicación de masas de la Universidad de Nebraska-Lincoln promovió, en noviembre de 2011, la creación del Laboratorio Drone para el Periodismo como parte de una amplia estrategia para el desarrollo del periodismo y la innovación digital. Cada vez más profesionales, académicos e investigadores son conscientes que el periodismo está evolucionando rápidamente, por lo que la enseñanza del periodismo debe evolucionar de la misma forma en base a la enseñanza de nuevas herramientas y estrategias narrativas sin dejar de lado los principios básicos de la profesión y la ética del periodismo. El laboratorio ha sido una iniciativa de Matt Waite, profesor de la Escuela de Periodismo y Comunicación de Masas de la misma universidad, quien dirige las acciones y actividades del Drone Journalism Lab. El objetivo del laboratorio es explorar cómo los drones podrían utilizarse para la presentación de trabajos periodísticos.