Vía Cultura de Red.- La Web es un caos informacional. Algunos científicos desde hace un tiempo, vienen advirtiendo que Internet está a punto de colapsar, debido a la demanda de fibra óptica, lo que significa que se transmitirá mayor cantidad de información de una manera más veloz, hecho que podría conllevar el colapso de la Red.
El caudal de información que posee Internet es tan vasta qué bien podríamos decir que la red de redes es el repositorio del quinto elemento: la información.
De acuerdo con un estudio de la Universidad de Minnesota, el flujo de videos, fotografías, textos, audios, juegos, canciones, llamadas y demás archivos que viajan por la Web crece a un promedio anual de 50 por ciento desde hace una década. En tres años, los datos que circulan en Internet duplicarían su volumen cada 12 meses.
¿Se imaginan lo lento que puede ir Internet con su protocolo actual TCP/IPv4 y que haga casi imposible utilizarlo en la ciencia o para fines médicos? Afortunadamente, desde 1993 ya se han programado soluciones al respecto creando Internet 2 (utilizando un protocolo específico: el IPv6) que viene siendo utilizado para la investigación biomédica y biotecnológica. El uso de esta red, con acceso idéntico a la red que conocemos y navegación de la misma forma, solo es accesible desde los centros de investigación reconocidos mundialmente sobre dichas disciplinas. La diferencia está en la velocidad de acceso que es 150 veces superior al acceso de la Internet que conocemos.
Pero, el peligro sobre la red que venimos utilizando en casa, en el trabajo, para el ocio, etc., podría significar el fin de la red que conocemos. En mayo de 2015, los principales ingenieros, físicos y empresas de telecomunicaciones del Reino Unido fueron convocados a una reunión en la Royal Society de Londres a finales de este mes para discutir qué se puede hacer para evitar la crisis, según publica el Daily Mail. De acuerdo a un portavoz de la Royal Society, «las redes de comunicación se enfrentan a una potencialmente desastrosa ‘crisis de capacidad’ ya que la demanda de datos en línea supera la capacidad de las fibras ópticas que llevan las señales de internet». A su juicio, la reunión de expertos servirá para «discutir por qué nos estamos dirigiendo hacia una crisis de capacidad, lo que se puede hacer para evitarla, y el impacto de no hacer nada: racionamiento de datos, el final de neutralidad de la red y el aumento de los costes de navegación».
Y ¿Qué pasaría si la web se colapsa y deja de funcionar? Según publica la revista Esquire y que cita el canal de noticias RT, especialistas de la compañía estadounidense de soluciones de almacenamiento de datos NetApp, dibujando un escenario real, han revelado en detalle a la revista qué es lo que nos esperaría durante un día entero sin Internet.
Un día completo sin conexión a la Red global afectaría a más de 1.750 millones de usuarios de ‘smartphones’ y aficionados a las redes sociales. Un número incontable de gente que revisa su correo electrónico diariamente se quedaría sin sus mensajes, al mismo tiempo que 4,9 millones de usuarios de Skype se verían privados de 2.000 millones de minutos de conversaciones.
Más aún, si Internet colapsara por tan solo 24 horas, no se enviarían 500 millones de tuits y no se compartirían 70 millones de fotos en Instagram. Al mismo tiempo, 864 millones de usuarios de Facebook no serían capaces de compartir unas 4.750 millones de publicaciones ni tampoco enviar 10.000 millones de mensajes. YouTube, por su parte, dejaría a sus usuarios sin más de 4.000 millones de reproducciones de videos.
Sin embargo, eso no sería lo más serio. De acuerdo con las estimaciones de la empresa, se verían afectados 1,5 millones de los granjeros que cada día a través de Internet hacen «un seguimiento de las previsiones meteorológicas, precios de mercado y volúmenes de cosecha».
La catástrofe tendría que ver también con el sector financiero, puesto que cada día se realizan numerosas transacciones económicas. El comercio en Internet se vería afectado perdiendo 2.000 millones sólo en dólares, y los más perjudicados, según los expertos, serían empresas como Amazon o eBay.
La energía y la salud tampoco serían ajenas al desastre mundial. «Se calcula que la conectividad de dispositivos a datos móviles o por satélites implementados en aplicaciones de gas y petróleo por todo el mundo rondará los 1,12 millones para 2018», señala la revista.
En cuanto al sector de la medicina, se verían amenazados los historiales médicos electrónicos que cobran más y más popularidad entre los médicos. De este modo, se estima que un 78% de los profesionales en ambulatorios y un 59% en hospitales hacen uso de ellos.
Respecto al transporte, 87.000 vuelos no podrían despegar, y sería imposible realizar los 58,3 millones de seguimientos de paquetes que se llevan a cabo a diario.
Y por último, el colapso mundial de Internet durante un día afectaría a 903 millones de abonados a la televisión de pago.