El periódico Qué! vuelve a editarse en papel. ¿Por qué sí tiene sentido?

El periódico gratuito Qué! vuelve a editarse en papel dos años después de su desaparición de las calles y su reclusión a la Red como diario digital. Su fulgurante historia de éxito lo convirtió en un cotizado y aclamado producto al que las crisis económica y de los medios barrieron del mapa. Ahora renace como un periódico atemporal que se distribuirá los viernes… en papel. ¿Por qué tiene sentido remar a contracorriente si el futuro es digital?

«Hemos vuelto». Unas enormes letras cubren la portada de la edición en papel del periódico Qué! del 5 de diciembre de 2014. Es la fecha elegida para devolver a las bocas de Metro, cafeterías y lugares con gran afluencia de público (unos 100 puntos de entrega en Madrid y Móstoles, según indica el propio medio) este diario cuya vuelta ha sido bien recibida por un público entregado a sus páginas desde su nacimiento, en el año 2005. Entonces, su estilo desenfadado, sus llamativos titulares, su maquetación y sus contenidos llamaron la atención del público, que encontró en sus páginas contenidos ligeros e información resumida para ponerse al día de una forma rápida y sencilla. Era un «fast journalism«, una definición que propongo para designar un periodismo rápido, breve, masivo, ligero y para todos los públicos que no requiere esfuerzo, tiempo ni dinero por parte del lector, inclasificado e indeterminado, y que el diario Qué! cumplía a la perfección por ser un gratuito más en plena efervescencia de este fenómeno importado a España desde el norte de Europa y los Estados Unidos. En aquella época, 20 Minutos, Metro, ADN y Qué! formaban un nuevo subsector de la prensa escrita, el de los periódicos gratuitos, que hizo temblar a la prensa de pago, ya que estas compañías ofrecían «lo mismo»… sin cobrar, a un público masivo e indeterminado, ya que no había un perfil ideológico de por medio, no importaba la edad, no se prestaba atención a la ocupación o poder adquisitivo de los potenciales lectores: todos estábamos invitados a consumir ese producto, que incluso podíamos intercambiar, regalar, prestar o dejar en un lugar concurrido para que otra persona pudiera disfrutar, aumentando con ello el número de lectores y generando una masa crítica tan amplia como interesante para los anunciantes que copaban sus páginas y rincones en busca de potenciar sus mensajes publicitarios como nunca antes habían podido en las páginas de un periódico, y en detrimento de la prensa de pago, más selectiva, restringida, personal y clasificada. El tiempo, sin embargo, calmó los temores, e incluso barrió el nuevo negocio tras su fusión con las crisis económica y de los medios, llevándose por delante a todos, salvo a 20 Minutos, que continúa editándose en papel (aunque reduciendo progresivamente su tirada, sus puntos de entrega, sus páginas…).

El diario Qué! protagonizó una de las últimas grandes operaciones empresariales en la prensa de antes de la Gran Recesión de 2008: un año antes del huracán que barrería la economía mundial, Vocento compró por 132 millones de euros el periódico. La operación era sin duda peculiar, dado que el diario Qué! fue fundado por el grupo Recoletos (editor de Marca y Expansión, entre otros medios), y Unidad Editorial (más bien su matriz italiana, RCS Media Group, editora de El Mundo) compró Recoletos también en 2007 por 1.100 millones de euros… pero Qué! no entraba en el paquete, que se reservó Jaime Castellanos, presidente de Recoletos, para vendérselo a Vocento unos meses después. Algunos medios publicaron que se había sobrevalorado el precio de Qué!, pero lo cierto es que el diario era el segundo gratuito más leído en 2007 con casi dos millones de lectores diarios, lo que le convertía en el segundo gratuito tras 20 Minutos y en el cuarto nacional si se computan con los generalistas de pago, tal como muestran los datos del EGM de febrero a noviembre de 2007, año de la operación económica en cuestión.

La cuestión es, ¿tiene sentido volver a editar un periódico en papel cuando desde 2008 han cerrado en España más de 200 medios de comunicación, muchos de ellos precisamente periódicos? La respuesta es un «sí» a medias. Pero hay matices, y están en las dos posibilidades:

1) El negocio en papel tiene fecha de caducidad, al menos a priori. La imparable tendencia del público a utilizar Internet para informarse de forma sencilla, gratuita e instantánea aniquila la razón de ser de un periódico editado en papel que cuesta dinero, ocupa espacio, requiere tiempo para consumirlo y muestra las noticias que sucedieron ayer. En la era digital no tiene sentido esperar «a mañana» para leer las noticias que se están publicando en Internet por ese mismo medio en tiempo real, con la posibilidad de compartirlas, comentarlas y ampliarlas con material multimedia.

Los propios periódicos saben que su futuro es incierto. En España, algunas empresas empiezan a plantearse un futuro sin papel y buscan alternativas de negocio. En ocasiones incluso dicen en público que desaparecerán en no mucho tiempo, como confesó el exdirector de El País, Javier Moreno, hace tres años, estimando los más valientes en unos 15 años el plazo de desaparición del negocio en papel.

2) El papel convivirá con los soportes digitales, de la misma manera que el cine convive con el teatro o la radio convive con la televisión. Periodistas como Ignacio Elguero se inclinan por esta opción, según la cual existirá mercado suficiente para mantener todos los soportes, aunque con las debidas modificaciones para garantizar su viabilidad. Se trataría de acometer una reconversión del papel para mantener su utilidad. Si no sirve para informar porque hay métodos más modernos y eficaces para ello, tal vez sirva para aportar profundidad a esos mensajes más ligeros que difunde la Red.

En este interesante artículo se recoge una ponencia de José Antonio Zarzalejos, exdirector del diario ABC, en la que explica la (necesaria) transformación del papel para sobrevivir. Habla de una nueva era que camina hacia la consecución del «periódico cualitativo e influyente«, dejando a un lado el producto masivo, que ahora estaría en Internet. De esta forma, el papel «tiene que dejar de ser una crónica de ‘hechos sucedidos el día anterior y ya sabidos por otros medios de comunicación’ para brindar a los lectores la ‘interpretación de los acontecimientos y sus posibles consecuencias’. Para ello, los diarios ‘deben de conseguir una agenda propia’, es decir, ‘hacer descubrimientos informativos‘» [1].

 

A tenor de estas dos posibles vías, que el diario Qué! vuelva en papel es o bien absurdo o bien acertado debido a:

1) Si el papel no tiene futuro más allá de una o dos décadas contando desde este momento, y aparece en un formato de publicación semanal (sólo los viernes), con el mercado publicitario debilitado por la crisis (aunque en recuperación) y con caídas estimadas en más del 6% en el papel, parece evidente que sacar al mercado un producto en papel es nadar contracorriente, cuando todo indica que no es el camino correcto, o al menos no el más rentable. Desde este punto de vista, el diario Qué! comete un error al volver al papel cuando estaba asentado en Internet desde que acometió su necesaria reforma en 2012: dejar el papel y centrarse en lo digital.

2) Si el papel seguirá vigente pese a Internet, pero reconvertido en un producto más elitista, en el sentido de publicar contenido diferente al de la Red y complementario a la misma (opinión, explicación en profundidad de las noticias, sosiego, espacio para pensar…), y no pura información, el diario Qué! estaría realizando un movimiento correcto, dado que su intención no es la de aportar información como tal (se publicará un día a la semana, lo cual indica que su voluntad no es informar, sino ampliar). Desde este punto de vista, por tanto, el diario Qué! está innovando, por cuanto está lanzando al mercado un periódico del siglo XXI, donde no prima la información actualizada, sino la contextualización de los hechos que ya publica Internet en tiempo real, donde la periodicidad no es necesariamente diaria, al no ser necesario estar excesivamente pegados a la actualidad para poder ampliar los hechos, y donde los contenidos pretenden servir de utilidad al lector más allá de lo meramente informativo.

Haciendo un pequeño análisis del primer número de Qué! se observa claramente que sus contenidos son atemporales: noticias que daría igual conocer hoy, mañana o dentro de diez días. Analizando todas sus páginas se propone calificarlas de dos formas: como páginas con contenido de «actualidad» o como páginas con contenido «atemporal». En el primer caso se trataría de contenidos ligados al ahora, mientras que en el segundo serían contenidos sin fecha de caducidad dentro de un periodo razonable, que en cualquier caso casa con el periodo de publicación semanal que ofrece el periódico. Tras cada análisis se indican con ACT (actualidad) o ATE (atemporal):

– Una primera página con cinco noticias. Se califica como [ACT] porque incluye contenido ligado a hechos recientes.

– Unas entrevistas con personas que ejercen voluntariado. [ATE]

– Un resumen de las innovaciones que introducirá el Metro de Madrid en 2015, y que han sido publicadas ya en distintas fechas por los medios de comunicación. Se califica como [ATE] porque no es contenido nuevo, sino una recopilación de diferentes contenidos ya publicados con anterioridad.

– Un artículo que habla sobre el endurecimiento de las condiciones para obtener la nacionalidad española. Se califica como [ATE] porque es un resumen explicativo de hechos ya publicados.

– Un artículo sobre la búsqueda de restricciones a la libre circulación de personas que están acometiendo algunos países de la Unión Europea debido al incremento de la inmigración interna a causa de la crisis. Se califica como [ATE] porque es un resumen de noticias publicadas a lo largo del año, un reportaje, por tanto, sobre el asunto.

– Un reportaje sobre la mendicidad en ciudades españolas por parte de inmigrantes que podrían estar siendo obligadas a mendigar. Se califica como [ATE] porque otros diarios ya han publicado en distintas fechas reportajes similares, y porque no es una noticia ligada a la actualidad estrictamente hablando, sino de hechos que se alargan en el tiempo y que suceden con asiduidad.

– Un reportaje sobre el incremento de las plagas de determinados insectos a causa de la crisis, que ha hecho descender la inversión en desinfecciones y desinsecciones. Se califica como [ATE].

– Un reportaje sobre el emprendimiento de negocios de hostelería, calificado como [ATE].

– Una página con varias noticias que se califican como [ACT] por arrojar datos conocidos recientemente.

– Un reportaje sobre la felicidad en España y la confianza de los españoles hacia determinadas instituciones, que se califica como [ACT] porque esos datos suelen obtenerse de los barómetros mensuales del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas), aunque en este caso se obtenga de otra fuente.

– Dos páginas que hablan sobre el Balón de Oro y sus tres candidatos. Se califican como [ACT] por estar más o menos cerca la fecha de entrega del galardón y por copar titulares en prensa deportiva prácticamente a diario.

– Una página sobre la violencia en las gradas de los estadios de fútbol, calificada como [ACT] porque se publica al hilo de los graves altercados acaecidos en Madrid el último fin de semana de noviembre de 2014, una semana antes de la publicación de la edición del diario.

– Una página sobre el aumento del interés por practicar el pádel como deporte, calificada como [ATE] porque es un reportaje informativo no ligado a hechos actuales.

– Una página informativa sobre las características de un coche. Se califica como [ATE].

– Una página sobre actualidad relativa a personajes populares, calificada por tanto como [ACT].

– Una página sobre famosas modelos que fueron fichadas en la calle, y no a través de agencias o castings. Se califica como [ATE] por ser hechos ya conocidos. Esa misma página, sin embargo, contiene noticias actuales que harían de su calificación [ACT], por lo que se aconseja no computarla.

– Una página que recopila caprichos y manías de algunos famosos, calificada como [ATE] por ser un resumen de contenido ya conocido.

– Una página con noticias sobre famosos y una receta de cocina. Se califica, debido a las noticias, como [ACT].

– Una página sobre moda, [ATE].

– Una página sobre belleza. [ATE].

– Una página con un reportaje sobre el Circo del Sol y su espectáculo en Madrid, calificada como [ACT] por informar de un nuevo montaje de la compañía.

– Una página con estrenos de cine y reseñas de teatro, [ACT].

– Una página con eventos disponibles en Madrid ligados al ocio y al deporte, calificada como [ACT] porque incluye fechas y aporta datos que es necesario conocer de manera actualizada para poder acudir a ellos.

– Una página con un reportaje más bien publicitario sobre un establecimiento especializado en jamón ibérico, calificada como [ATE].

– Un reportaje sobre viajes basado en Toledo, con información práctica para el turista. [ATE].

– Una entrevista al cantante Fito, [ATE].

– Dos páginas hablando del grupo empresarial que ha comprado recientemente el diario, explicando quiénes son y qué otros productos tienen, y aportando información sobre ellos. [ATE].

– Una página con la programación de la televisión y de la emisora de radio del Grupo propietario del diario [ACT].

– La página de horóscopo y pasatiempos. Se clasifica como [ATE].

El análisis arroja un saldo de:

[ACT]: 11

[ATE]: 17

Si bien sería necesario analizar más números para poder determinar con exactitud la voluntad del nuevo periódico, parece claro el hecho de que supone un producto atemporal que reúne contenidos de actualidad, pero no excesivamente actuales, de los que aporta resúmenes y datos adicionales para conocer de manera global, y de un vistazo, las cuestiones más importantes sobre el asunto. Junto a ello, contenidos basados en reportajes de diversos temas que no necesariamente están ligados a la actualidad.

Por ello, se puede concluir que el nuevo periódico Qué! camina en la línea de lo que deberían ser los periódicos en papel del futuro: productos informativos no tan ligados a la actualidad cuanto a la contextualización, análisis, explicación y unificación de diversos contenidos sobre un mismo tema bajo reportajes que permitan comprender de un vistazo las diversas fuentes y contenidos ya publicados, bien para profundizar en su conocimiento, bien para comprenderlos de una manera más sencilla y eficaz. Es evidente que por las características propias del diario sus contenidos son generalistas e incluso enfocados al conocimiento de temas básicos, explicados, por otra parte, al gran público, lo cual no invalida las teorías que indican que la prensa en papel deberá reconvertirse hacia un producto de estas características. El hecho de contextualizar las noticias y los contenidos que publica Internet no influye en absoluto en la categoría de esos contenidos, dado que simplemente se trata de una cuestión de soportes y del uso más racional para cada uno de ellos en cada caso (periódico). Los contenidos podrán continuar siendo los mismos, ya sean artículos de profunda erudición o noticias ligeras sobre personajes populares: la cuestión que se plantea es utilizar el papel para aportar profundidad a esos contenidos ya publicados en versión noticia en las páginas web de cada medio y en sus aplicaciones para móviles o tabletas.

Son necesarios más estudios sobre este nuevo periódico para determinar con mayor exactitud el verdadero uso que hará la empresa editora del mismo, así como conocer de manera directa la estrategia que pretenden seguir en los próximos meses con este nuevo producto. Sin embargo, de cara a las investigaciones que muchos profesionales están desarrollando en este ámbito, la reconversión del papel y su convergencia con las nuevas formas de periodismo, es evidente que el lanzamiento de esta edición semanal del periódico Qué! en papel supone un caso que merece ser analizado con mayor detenimiento, dado que abre el camino a un modelo que se supone incierto, confuso y, en cualquier caso, desconocido hasta la fecha, y más en un país como España, que ha sufrido especialmente el envite de la crisis económica y de la prensa, y donde toda innovación supone un paso adelante en las posibles estrategias a seguir por las empresas periodísticas para ayudar a sostener un sector rico en cabeceras y marcas que merecen ser conservadas, necesitan ser renovadas y requieren ser potenciadas.

Con información de:

http://www.trecebits.com/2014/11/14/el-diario-que-vuelve-a-publicarse-en-papel/ 

[1] Se resalta en cursiva una cita literal del artículo publicado por Europa Press (disponible en este enlace). Entre comillas dobles (» «) se incluyen las palabras de Zarzalejos (resaltadas con comillas simples, ‘ y ‘) con texto literal del artículo de la Agencia.

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