¿ Qué tiene que ver el periodismo con Drones, Algoritmos, Glass-News, Big data, Bots, Apps cartográficas, movilidad-ubicuidad y otros?

En 2009, con la efervescencia de las tecnologías digitales, hacía referencia a la obsolescencia del conocimiento tecnológico en un post titulado La convergencia está en la mente de las personas, en donde afirmaba que los profesionales de la información deberían estar constantemente actualizando sus conocimientos para no expandir o ser parte de la brecha digital.

En este sentido, respecto a los profesionales de la información que prestan servicios en una organización de noticias, una de las iniciativas que debía  -debe- poner el medio es una formación constante de su personal como consecuencia de la evolución de las tecnologías de la información. Pero, si no fuese una iniciativa del periódico o medio, entonces debe ser el propio profesional quien debe asumir la responsabilidad de su formación. Es verdad que las empresas de medios periodísticos han sido –son- los más castigados por los efectos de la crisis económicas, pero eso no puede convertirse en óbice para no incidir en la formación. Porque ya no se trata de salvar sólo al medio o, al profesional, sino,  y más importante se trata de salvar al periodismo, un modelo de información que el público, la sociedad siempre va a necesitar. Máxime si ese modelo ha sido garante de las democracias actuales.

Puesto el foco en el objetivo, entonces queda por desarrollar estrategias de cómo hacer todo esto. Para empezar, la tarea no es difícil, sino, simplemente ganas de querer hacerlo. Muchos de los que conocemos en el mundo de las tecnologías digitales, que trabajan en el mundo del periodismo o comunicación y que se han formado en el campo de las letras, ciencias sociales, o humanidades, son hoy grandes conocedores de los entornos digitales, tanto  así, que adquieren el cliché de expertos. Pero ¿donde han adquirido ese conocimiento para ostentar tal rango? La respuesta es simple: se han formado didácticamente, de forma autónoma, asistiendo a cursos (muchos gratuitos) o simplemente, estudiando tutoriales sobre determinadas aplicaciones que ha interesado  conocer a cada uno/a.

Ahora bien, de cara a las facultades de comunicación y su rol en la formación de los futuros periodistas o comunicadores ¿cabría decirles que su formación práctica sobre determinadas tecnologías deben adquirirlos de forma autodidacta? Obviamente, No. Por lo que son las universidades las que han de asumir el protagonismo asignado en el nuevo ecosistema de la información.

Es verdad que la esencia de la formación en una universidad se basa en la Ciencia, en la doctrina del conocimiento. De hecho, para quienes han lo olvidado, este es el punto de partida y el matiz significativo entre los que asisten a formarse a las aulas universitarias y los que no. La función de la universidad por cumplir este rol es universal.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que otro de los roles asignados a la universidad es la formación de profesionales altamente cualificados para el desempeño de una función al servicio de la sociedad.  Y aquí es donde la universidad tiene que ejercer ese rol asignado de tal manera que su valoración positiva por la sociedad sea una constante.  ¿Qué hacer para lograr esto? La respuesta viene por la propuesta de una transformación del proceso de formación de determinadas disciplinas del conocimiento. Y una de estas corresponde al Periodismo y, más ampliamente, a la Comunicación.

Afortunadamente, ese proceso transformador ya se viene dando, en mayor o menor medida, en las facultades de comunicación o escuelas de periodismo.  Pero, no en la magnitud deseada. De hecho, en mi opinión, algunas están cambiando lentamente. Tan lentamente que puede que su cambio sea demasiado tarde.al-goritmos-jesusflores

Por ello, los cambios en la formación de la profesión periodística deben hacerse en un giro de 180 grados. ¿Cómo? Seguramente hay muchas ideas, aunque el requisito es que confluyan en las siguientes características:

Primero, hay adoptar la disposición del  cambio.

Segundo, Abrir un proceso de revisión de los planes de formación.

Tercero, Promover reuniones con los editores y profesionales de medios para estudiar las necesidades de formación. Sobre esto último, un matiz: no se trata de proporcionar a los medios lo que el editor o medio quiera y que la universidad se convierta en una cantera para el medio, sino, de consensuar el desarrollo profesional que se viene realizando con el  tipo de conocimiento que se debe dar en la universidad.

Cuarto, es importante la formación y uso constante de las tecnologías digitales. Por lo que su apuesta dentro de los planes de formación debe ser transversal. Pero que esto tampoco sirva de pretexto para convertir al periodista en un amanuense. Ese no es el objetivo. Corresponde al profesor decidir, en función de las investigaciones realizadas, en qué tipo de tecnología profundiza más que en otra.

Quinto, las facultades deben concebir secciones, ya no solo en función a una  especialidad, sino en función al conocimiento de unas determinadas aplicaciones tecnológicas. Y la búsqueda, la investigación sobre la aplicabilidad o no, y sobre todo, la práctica debe ser también una constante del docente en este ámbito.

Creemos que ya hay muchos “expertos” en redes sociales, community manager o social media (de hecho, yo mismo he participado en proyectos de redes sociales desde 2007). Estudiosos del impacto de la redes sociales (aunque algunos sin ser usuarios de la red social objeto de estudio) y habilidosos en el manejo de las mismas.  Material publicado (libros, capítulos, artículos, comunicaciones, ponencias) por doquier sobre el entorno de las redes sociales. Es decir, existe una masa crítica de interés, de conocimiento y hay que seguir. Pero, las redes sociales no deben constituirse en el único recurso de estudio y aprendizaje. De ahí que no resulte extraño que distintas asignaturas de un plan de estudios hagan eco de las redes sociales, situación que en muchos casos, derive en un solapamiento de temas, lo que se transforma en una pérdida de tiempo para los estudiantes.

Por tanto, en este proceso transformador hay que incorporar, en una magnitud similar al estudio de las redes sociales, otros entornos de formación que se han de dar para la creación de un perfil, repito, basado en secciones de aprendizaje tecnológico. Por ejemplo, investigar, practicar y analizar el impacto y uso potencial de aplicaciones tales como los Drones (para situaciones en peligro de periodistas corresponsales); como crear algoritmos (para el desarrollo de periodismo de datos); como adaptar el uso de Google glass (apostando por la movilidad-ubicuidad de la información) para la  difusión de noticias; análisis de  otros Bots (robots) de uso periodístico; Apps cartográficas (empezando por la creación de mashups con Google maps o el uso de Usahidi, una buena opción de mapeo de zonas de conflicto) para el desarrollo de la información geolocalizada; Big data (y su procesamiento a través de filtros y web scraping, creando una perfil de analista de datos); estudio y análisis de HCI (Human-Computer-Interaction) para el entorno de la usabilidad / pensar en la audiencia/ como lograr la fidelización con la interfaz de usuario; análisis del impacto de la gamification (uso de videojuegos para la transmisión de noticias);  estudio de la seguridad de la información (ciberespionaje), evangelizador tecnológico (con su correspondiente rol de testeo de aplicaciones), etc.

Como vemos, en la conjunción de este tipo de formación, con la renovación de los planes de estudio, se pone de manifiesto la convergencia en la mente de las personas (sobre todo de aquellos que van a dedicarse al mundo del periodismo o comunicación), y más concretamente, la interdisciplinariedad del conocimiento en la construcción de la nueva comunicación, del nuevo periodismo y de un nuevo perfil. Este tipo de perfil profesional es el que demanda la sociedad, los estudiantes, las empresas e instituciones y por ello, la universidad debe poner el acento en este proceso transformador.

En suma, los cambios deben venir por transformar las facultades en grandes laboratorios tecnológicos y de conocimiento científico.

Este artículo forma parte de la investigación “Estudio y experimentación de nuevos medios para la consolidación del periodismo en línea”, que se lleva a cabo en el Center for Sciencie and Innovation Studies de la University of California Davis  © Jesús Miguel Flores Vivar.  

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