El 6 de mayo de 2014 tuvo lugar el primer mundial de radios universitarias, el World Radio Challenge, que consiguió poner de acuerdo a siete emisoras de distintas universidades del mundo (México, Sudáfrica, Malasia, Finlandia, Alemania, Italia y España) para intentar hacerse con el galardón del programa de radio más largo de la historia. Fernando Carruesco, el ideólogo de este reto, es un antiguo alumno de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) que ya había logrado que Inforadio –la radio de la UCM− se alzara con un récord Guinnes en el año 2011. La Universidad de Colima (México) ganó la competición tras más de 70 horas de emisión y un gran éxito en las redes sociales, lo que dejó al equipo español en una segunda posición.
Es intrépido, ambicioso y trabajador. De sus palabras se desprende una clara vocación radiofónica y muchas ganas de superación. Recuerda que el World Radio Challenge comenzó como una idea en su cabeza y sin contar con apoyo, recursos o dinero. Precisamente, el germen de esta iniciativa surge cuando una radio argentina se pone en contacto con Carruesco para intentar batir el récord Guinnes al programa más largo de la historia y ahí ya empezó a cavilar cómo sería una competición a nivel mundial, pero jamás llegó a imaginar que lograría poner en marcha lo que ahora define como “el mayor desafío radiofónico del mundo”.
En estos momentos rememora con gracia las horas de sacrificio buscando patrocinadores y organizando a todo un equipo. Al final, consiguió reunir un sólido grupo de trabajo que retó a más de 300.000 radios universitarias y se encargó de que la extravagante idea de Carruesco tomase forma. El joven periodista confiesa que los meses anteriores a la cita del mundial trabajaba hasta 14 horas diarias sin percibir nada económicamente. No obstante, para él, su gran éxito ha sido “empezar a hablar para la radio en Callao, en medio de la plaza más transitada de España”.
Durante setenta horas se trataron multitud de temas y se sucedieron las entrevistas a diversas personalidades. Para Carruesco, un momento para el recuerdo fue la hora de programa en la que reunieron a representantes de las cuatro radios más importantes de España sin competencias ni rivalidades, lo que califica como una verdadera “fiesta de la radio”. Relata que hubo tiempo para confusiones y momentos divertidos, como el tropiezo del otro presentador, Sergio Brau, que se cayó desde el escenario cuando iban a hacer un descanso. Lo único que escasearon fueron las horas de sueño. “El cansancio que tienes durante la noche es horrible. Dormimos una hora y veinte en setenta horas”.
Al ser preguntado por sus próximos planes, Carruesco explica que “el futuro pasa por montar una institución por encima del World Radio Challenge, al estilo de una academia de radio, que sea la organizadora de este evento anual y de otras muchas cosas”. A corto plazo, se plantea continuar organizando la cita anual de radios internacionales, pero cambiando las reglas: habrá eliminatorias previas en los continentes y se entregará un buen previo al ganador. Además, no primará superar en tiempo de emisión a los rivales, sino que “se va a competir por ver quién tiene más audiencia o movimiento en las redes”.
Es de los que piensan que nada es imposible y con este tipo de proyectos, Carruesco se propone demostrar que “si tienes una idea, se puede llevar a cabo”. Ahora, su reto personal es obtener beneficios montando este tipo de competiciones y el año que viene espera poder pagar a su equipo. Lo que tiene claro es que su sueño es trabajar en radio, ya sea en una emisora tradicional o mediante este tipo de iniciativas. “Montar el World Radio Challenge desde nada ha sido como hacer cinco másteres juntos, ha sido un aprendizaje de todas las facetas de la comunicación”, arguye.