Los vídeos en 360 grados son una nueva dimensión audiovisual que permite la inmersión en la grabación y la posibilidad de observar lo grabado como si se estuviera físicamente en ese lugar. Un nuevo modelo de interactividad que también ofrece posibilidades a los periodistas.
Si hasta ahora el vídeo era un material lineal, cuyo movimiento y posibilidad de observación dependendían exclusivamente de lo captado en su momento por el cámara, ahora se ha dado un paso más con los vídeos en 360 grados, donde el espectador puede interactuar directamente con la grabación y elegir a su antojo qué ver como si estuviera físicamente presente en el lugar de la grabación.
El invento, que llega de la mano de YouTube, se basa en la grabación de escenas en 360 grados con videocámaras especiales de última generación preparadas para tomar este tipo de imágenes, que llegan de la mano de fabricantes como Kodak o Ricoh, pero también de compañías dedicadas en exclusiva a este prometedor sector, como Bubl. El sistema funciona exactamente igual que las fotografías tomadas por los coches de Google para Street View: si hasta ahora podíamos ver (casi) cualquier calle del mundo en 360 grados, ahora podremos ir más lejos y actuar de esa manera con un vídeo, con imágenes en movimiento y sonido.
A priori es un capricho, ya que desde la llegada del vídeo a nuestras vidas hemos dependido de la pericia, intenciones y posibilidades de los cámaras para ver la realidad a través de los vídeos, o de nuestra propia capacidad para tomar las mejores imágenes de cada momento que estuviéramos filmando para hacer llegar a nuestras potenciales audiencias las mejores y más significativas imágenes. De hecho, los primeros ejemplos que nos llegan de esta nueva realidad se restringen a eventos musicales y actividades deportivas, como los ejemplos que vemos a continuación:
Tomorrowland 2014
Tomorrowland es el mayor festival de música electrónica del mundo, y se celebra cada año, desde 2005, en Bélgica. En 2012 crearon su canal en YouTube, donde cuentan con más de 4 millones de suscriptores (dato junio de 2015).
El 12 de marzo de 2015 colgaron en su canal de YouTube uno de los vídeos que, por el público al que se dirige (joven, nativo digital, habituado a las redes sociales y a consumir productos audiovisuales a través del móvil) se ha convertido en una referencia de los vídeos en 360 grados. Más de 3 millones de personas han visto el vídeo (junio 2015), lo que convierte a esta grabación en el líder de audiencia de esta incipiente realidad, y donde el usuario puede moverse a su antojo por distintas escenas de este festival:
Time Couch
Este vídeo no tiene punto de comparación con el anterior, ya que las imágenes que muestra son bastante pobres y la mayoría de lo que vemos es una recreación digital. Sin embargo, es el vídeo que utilizó el jefe de producto de YouTube, Sanjeev Verma, en el blog de YouTube Creators que anunciaba, en febrero de 2015, el nacimiento de esta nueva realidad.
Deportes: Fórmula 1 y «paseo en globo»
Desde el nacimiento de la GoPro, la minicámara que utilizan miles de deportistas para grabar sus hazañas (y cuyos vídeos suman miles de horas en la Red), grabar actividades deportivas en primera persona se ha convertido en algo habitual. Es por esto que los vídeos deportivos en 360 grados serán en poco tiempo uno de los principales ámbitos en los que se utilizará esta posibilidad. Como muestra dos ejemplos: en uno de ellos nos subimos al fórmula 1 de Sebastien Buemi y vivimos en primera persona la sensación de ir a velocidades prohibitivas para cualquier persona de a pie; en el otro, nos subimos a un globo aerostático y vivimos, en vídeo, una sensación vertiginosa.
Estos vídeos, sin embargo, muestran imágenes que se han visto muchas veces en televisión: paisajes desde el aire (aunque aquí la novedad sea la oportunidad de «moverse» por ese paisaje) y distintos ángulos de un fórmula 1, algo que en cualquier carrera televisada se ve durante casi dos horas.
La cuestión es: ¿qué podría aportar al Periodismo esta novedad?
Aunque haya comenzado como un capricho, podemos volver al caso de Street View: lo que a priori era un juego se ha convertido en una útil aplicación para localizar lugares que vamos a visitar por primera vez, explorar zonas desconocidas que nos interesan por algún motivo en particular o, en un uso más profesional, crear estadísticas a partir de esas imágenes. En periodismo, situar al público ante una noticia, utilizando Street View como elemento adicional a la explicación de un hecho.
Con los vídeos en 360 grados sucederá algo similar: a los usos personales de cada usuario basados en sus intereses se une el prometedor futuro que ofrecerán a la prensa, sobre todo por varias razones que pueden resumirse en un triángulo:
En primer lugar, la tecnología disponible hace que utilizar nuevas formas narrativas, o modificar las existentes, esté al alcance de cualquiera, tanto para los emisores como para los receptores. En este caso, la tecnología sería la progresiva popularización que se hará en los próximos años de este tipo de videocámaras, pero también el hecho de que la mayoría de la gente tiene un smartphone que permitirá consumir estos vídeos especiales con una experiencia más enriquecedora.
En segundo lugar, los usos y comportamientos del usuario. Existe un cambio de paradigma en este campo, dado que el usuario ha dejado de ser pasivo y se ha convertido en protagonista del contenido que consume. De este modo, el usuario participa activamente en la creación del contenido, e incluso a veces es quien proporciona el material esencial para crear las historias. Por otro lado, el usuario establece su propia hoja de ruta a la hora de consumir información, seleccionando contenidos, cribando opciones y creando a su medida los productos que utiliza para informarse. Por ello, los vídeos en 360 grados le permiten dar un paso más en este protagonismo y elegir el ángulo, escena y lugar que quiere ver en el vídeo, y por tanto en el hecho narrado.
Por último, Internet como canal de distribución y nexo de tecnología y usuarios, lo que supone dotar de realidad tecnológica al mundo físico. Actualmente todo está en Internet, la velocidad de conexión crece a pasos de gigante y la calidad de las conexiones permite consumir productos más elaborados. En el caso de los vídeos en 360 se necesita más ancho de banda que con un vídeo normal, como sucede con un vídeo en alta definición (HD) respecto a uno normal (SD). Sin embargo, los procesadores de móviles, tabletas y ordenadores permiten cargar estos vídeos con normalidad, y las conexiones de datos permiten visionarlos sin apenas problemas. Por otra parte, y al margen de los conceptos técnicos de Internet, es evidente que en la Red el mundo audiovisual toma mayor sentido, protagonismo e importancia, aderezado con la necesidad de crear productos convergentes con los tradicionales y/o físicos, así como con el inexcusable requisito de dotar de interactividad a cuanto se produce para la Red o va a ser distribuido a través de ella. Si existe la técnica, nada justifica no utilizarla si puede aportar algo al usuario, como parece que aportaría, sin ninguna duda, un vídeo en 360 grados.
La conjunción de estas realidades, fácilmente observable en el triángulo propuesto, da lugar a la necesidad de introducir los vídeos en 360 en la cobertura de determinados hechos noticiosos e informativos. En este caso, el periodista y el medio deberán contar con una serie de elementos esenciales para ello:
1) Tecnología suficiente: será necesaria una inversión en la compra de equipos para grabar este tipo de imágenes, siendo suficiente por el momento alguna de las cámaras antes referenciadas. El mercado crecerá a pasos agigantados si esta tecnología triunfa, por lo que aparecerán decenas de posibilidades diferentes y el precio descenderá. En el futuro esta tecnología podrá estar disponible en cámaras de fotos de gama media (como está disponible en ellas el 3D) e incluso en ciertos teléfonos móviles, aunque la peculiaridad del producto, que necesita varias lentes, probablemente lo restrinja a unos pocos modelos (en cuyo caso serán más caros), salvo que aparezcan nuevas técnicas que permitan tomar imágenes similares sin necesidad de una infraestructura demasiado compleja (bastarían 2 ó 3 lentes en distintos puntos del móvil y su trabajo sincronizado para poder comenzar a tomar imágenes esféricas más o menos aceptables). En otras ocasiones bastará con un accesorio, algo que ya existe.
2) Formación del periodista: en principio, grabar con una de estas cámaras no requiere ningún conocimiento especial. Sin embargo, será necesario que el periodista se familiarice con estas cámaras, por lo que deberá hacer vídeos de prueba antes de cubrir un evento para determinar, de manera personal e individual, cómo debe desenvolverse con ella. De este modo podrá conocer el alcance de su cámara y los mejores lugares para grabar la esencia de cada escena en 360 grados. Lo que está claro es que este punto no será un problema para la inmensa mayoría de los periodistas, ya que las cámaras nos gustan demasiado.
3) Determinación del momento idóneo para su uso: es, tal vez, uno de los puntos esenciales. No se trata de comenzar a grabar todo con cámaras especiales, sino que es necesario determinar qué hechos son susceptibles de utilizar esta tecnología y en qué hechos no aportaría nada. Se corre el riesgo de utilizarlo en momentos innecesarios, cansando al usuario y provocando que se convierta en algo tan habitual que pierda el interés, como ha sucedido con el 3D en el mundo del cine y la televisión: una tecnología que debería restringirse a películas y contenidos en los que realmente aporte una experiencia única, se ha utilizado de forma masiva, aun cuando no aportaba nada a la historia, provocando una caída del interés del espectador en estos productos, y llevando a la pérdida de popularidad de una de las mayores revoluciones en el mundo audiovisual en los últimos años.
Como ayuda, se pueden clasificar eventos y hechos que podrían beneficiarse de esta tecnología:
- Eventos multitudinarios en los que se estén produciendo varios hechos noticiosos al mismo tiempo en un mismo lugar, como manifestaciones, disturbios o escenarios de guerra. En todo caso, eventos que impliquen a multitudes haciendo diferentes cosas a la vez, y en las que grabar un punto en particular supondría descuidar otros puntos con imágenes posiblemente noticiosas.
- Eventos deportivos, musicales, artísticos o de ficción. En ellos, una imagen en 360 grados permitiría cubrir distintos ángulos de un mismo momento en eventos que, de nuevo, implican al mismo tiempo a muchas personas haciendo distintas acciones en un mismo lugar.
- Imágenes de situación ante eventos multitudinarios o de especial importancia. Estas imágenes servirían como complemento en la realización de un evento importante, como podría ser un desfile por las calles de una ciudad, un estadio deportivo repleto de espectadores o imágenes de tráfico en una ciudad. También podría utilizarse en sesiones parlamentarias, en una opción más para acercar la política al ciudadano y permitir que gestione directamente las imágenes durante un pleno en un Parlamento.
- Entretenimiento televisivo. Supondría alterar las normas del discurso televisivo, que centra su atención en un punto concreto porque sólo se verá en casa lo que esté enfocando «una» cámara. Aunque requeriría cambiar la distribución de algunos platós, grabar con una de estas cámaras permitiría al espectador situarse en un lugar aún más cercano que el del público presente en el estudio. Sería útil en determinados concursos basados en juegos y pruebas físicas, pero también en tertulias, donde muchas veces los tertulianos hablan al mismo tiempo y la realización trata de gestionar los turnos de palabra. En todo caso, podría ser aplicado a cualquier programa como forma de acercar la realidad de la producción de un programa de televisión a los espectadores, permitiéndoles ver en tiempo real lo que hay detrás de las cámaras de su programa favorito.
- Documentales y ciertos reportajes. En determinadas temáticas, como un documental sobre naturaleza o un reportaje sobre, por ejemplo, salvamento marítimo, disponer de imágenes en 360 grados permitiría al espectador adentrarse en la escena narrada y crear un vínculo mayor con la historia. Útil si se trata de la grabación del interior de edificios, catacumbas o cuevas, parajes naturales, ciudades en reportajes sobre turismo, etc.
- Productos en primera persona. Si estamos grabando el trabajo de un polícia o un bombero, colocar una cámara de estas características sobre el profesional permitiría ver cómo se desenvuelve en una situación de riesgo, por ejemplo. Hasta el momento, en reportajes de este tipo se les coloca una cámara en el pecho o en unas gafas. También sería útil en un directo de un corresponsal narrando hechos que están aconteciendo a su alrededor: permite hacerse una idea de dónde está y, efectivamente, qué está sucediendo, mientras se escucha la locución del periodista contando cosas que, a veces, están sucediendo justo detrás del cámara que graba.
Como en toda novedad, las posibilidades son prácticamente infinitas, y el día a día, el aprendizaje por imitación y la evolución del interés mostrado por los usuarios determinará los momentos en que se utilizará o no está revolución en la grabación y distribución de contenidos en vídeo. En cualquier caso, se aconseja que las empresas periodísticas adopten cuanto antes este formato, dado que deben estar a la vanguardia en el uso de las nuevas tecnologías, convirtiéndose en «early adopters» de cuantas realidades surjan en el mundo multimedia. En este caso, la adopción de estos vídeos cumple los requisitos del triángulo que hemos visto, situándose a la altura de otras realidades nacidas en los últimos años, y que han demostrado sobrada utilidad para la prensa (redes sociales, aplicaciones móviles, blogs…).
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Cómo aprovechar la experiencia
Hasta ahora, estos vídeos se disfrutan mejor en dispositivos móviles. Se recomienda visionar los ejemplos propuestos utilizando la aplicación de YouTube para móviles o tabletas. Tal vez sea necesario actualizarlas para poder aprovechar esta opción. Después, únicamente hay que mover el móvil (y a uno mismo) alrededor de la escena y disfrutar de los distintos ángulos.
En el ordenador aparecen unas flechas en la parte superior izquierda de la pantalla del vídeo, gracias a las cuales se puede mover el usuario por la escena. La experiencia es menos gratificante, ya que el usuario sigue sentado estático frente a la pantalla, mientras que gracias a los acelerómetros del móvil el usuario tiene que moverse físicamente para poder ver algunas partes de la escena filmada.
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Más información:
Listado de vídeos en 360 grados: https://www.youtube.com/playlist?list=PLbsGxdAPhjv_tgCNWGaGvSnlIMZNkmnrM
Cómo subir a YouTube vídeos en 360 grados: https://support.google.com/youtube/answer/6178631
Entrevista a Sam Meddis hablando sobre vídeo online en Periodismo: http://ijnet.org/es/blog/profesor-de-periodismo-digital-el-video-en-linea-es-un-antidoto-mundial-contra-la-ignorancia