Neurocomunicación, ciencia y ética en la inteligencia artificial

Vía Cultura de Red.- Una de las últimas acciones de fin de año 2024 emprendidas en materia de innovación, ciencia y tecnología por parte de los gobiernos, central, autonómico y universitario en Madrid, ha sido la creación del centro Centro Nacional de Neurotecnología, que se ubicará junto al Parque Científico de Madrid de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).

Los medios de comunicación se han hecho eco del acuerdo alcanzado entre las instituciones (Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades; Consejería de Educación, Ciencia y Universidades y Rectora de la UAM), de los que destaco las palabras del Consejero de Educación, Ciencia y Universidades, Emilio Viciana, quien ha defendido que la ciencia «parte de ideas que se someten a procesos de razonamiento para demostrar su validez, que se toman siempre provisionalmente» y ha reclamado «garantizar que la universidad y la investigación son libres, plurales y de calidad». «Dejen que como jurista objete el concepto de neuroderechos, recientemente introducido por la neurociencia. Creo que necesita repensarse y que quizá no tenga razón de ser. Yo invito a este consorcio a incluir a los mejores juristas independientes en sus investigaciones y consultas, porque el derecho también es ciencia. Y si bien el jurista no debería hacer biología ni neurología, sino regularlas, el neurólogo o el biólogo no deberían hacer teoría jurídica«, ha solicitado.

En la misma línea creemos necesario reclamar el aporte de la neurocomunicación como parte de las neurociencias. En primer lugar, porque en la comunicación está implícita la ciencia (motivo por que el que  existen facultades de Ciencias de la Comunicación o de la Información). Además, porque la comunicación entre persona a persona y, actualmente, entre persona y maquina es un proceso cognitivo. De ahí que, haciendo alusión a la última frase del consejero -y totalmente de acuerdo con ella-, aplicándolo al contexto periodístico, si bien el periodista o comunicador no debería hacer biología, ni neurología, sino crear contenidos de calidad informativa para comunicar con ética y responsabilidad, los no profesionales en las Ciencias de la Comunicación tampoco deberían pretender informar (como lo haría un periodista profesional en stricto sensu) de cuestiones que atañen al conjunto de la sociedad. Porque muchas veces, en la información que transmiten los no profesionales, con premeditación o no, emiten y expanden desinformación lo que genera confusión e incertidumbre en la sociedad que demanda una información veraz y contrastada.

Y esta desinformación crece exponencialmente, no solo por la viralización de los humanos (mensajes entre redes de personas, por ejemplo, a través de WhatsApp) sino, también, por las maquinas (bots algorítmicos) lo que sitúa a las personas en la indefensión informativa.  

Por ello, en la base de los estudios de comunicación (Science & Communication Studies), sabemos que la información que se trasmite mediante procesos cognitivos pervive la disciplina de la ética de la comunicación, tanto en el proceso de construcción del contenido informativo como de la forma en que se produce el proceso cognitivo de la comunicación. Por lo tanto, la ética y la comunicación son inseparables. En este sentido, debemos considerar que, en una época de auge de la inteligencia artificial, pero, también, de fenómenos nocivos como la desinformación, es importante avanzar y profundizar en los estudios de la ética comunicativa y aplicarlos a los principios éticos de la IA.

Como apunto en dos de los recientes libros coordinados, Comprender la Inteligencia Artificial y Ciberaprendizajes Múltiples (ambos editados por Fragua Comunicación, junto a otros autores), debemos asumir que la IA podría respaldar la enseñanza de la comunicación -y de otras disciplinas- diversas formas: recomendación de contenido REA (Recursos Educativos Abiertos), detección de las emociones de los estudiantes, sistemas de tutoría inteligente, asistentes de enseñanza impulsados por IA, calificación automática de exámenes y monitoreo automático de foros. Sin embargo, como tambien pongo de relieve en un artículo publicado en la revista Comunicar (2023), estas propuestas están impregnadas de retos éticos que deben ser asumidos por los diversos actores en el desarrollo de la IA, principalmente, por lingüistas y científicos del comportamiento, pero también, por comunicadores, educadores y juristas.

Fuentes:

Reflexiones sobre la ética, potencialidades y retos de la Inteligencia Artificial en el marco de la Educación de Calidad (ODS4)

https://www.revistacomunicar.com/index.php?contenido=detalles&numero=74&articulo=74-2023-03

Madrid acogerá el Centro Nacional de Neurotecnología, enfocado en el estudio del cerebro humano

https://www.madridiario.es/centro-nacional-neurotecnologia-enfocado-estudio-cerebro-humano

Comprender la Inteligencia Artificial

https://www.casadellibro.com/libro-comprender-la-inteligencia-artificial/9788412732511/16175262?gad_source=1&gclid=Cj0KCQiAyc67BhDSARIsAM95QzvWx_zmacsgXan1FqN3xphiUgI9cAHcEdCSlQBtGdh_ko32Oj8-hzoaAvYEEALw_wcB

Ciberaprendizajes Múltiples