Vía Cultura de Red.- La Mecánica cuántica (que examina las propiedades de la materia a nivel microscópico), sumada con la ciencia de la información cuántica (centrada en extraer información de esas propiedades), derivada de la computación cuántica (que manipula y procesa la información con operaciones lógicas, utilizando técnicas de procesamiento de información cuántica), no es ficción, es una realidad.
Vivimos en una era donde la tecnología de la IA evoluciona más rápido que nunca, moldeando nuestra forma de trabajar, pensar e innovar y acrecentar la complejidad que todo esto conlleva. De ahí que muchos expertos se preguntan si la computación cuántica podría acelerar la inteligencia artificial generativa lo que aumentaría su complejidad o tener que estudiar desde nuevas perspectivas. La revista Science, publica un articulo titulado: Atomic explosion. After faltering early on, quantum computers fashioned out of individual atoms retake the lead, lo que da fe de la importancia del tratamiento del tema de la información y la computación cuántica.
Hablar de los pioneros de los sistemas complejos (Edgar Morin), inteligencia artificial (Alan Turing y John McCarthy) y la información (supercomputación) cuántica (David Deutsch y Richard Feynman) es entrelazar tres ecosistemas que se han desarrollado de forma independiente pero cuya convergencia se presumen en un futuro cercano.
Para empezar, abordar la inteligencia artificial requiere hacerse desde los sistemas complejos. José Luis Mateos, investigador y profesor del Instituto de Física y el Centro de Ciencias de la Complejidad (C3) de la Universidad Nacional Autónoma de México, en una conferencia sobre IA, sostiene que “Así como es interesante conocer cómo funciona el cerebro humano, también es necesario entender la inteligencia artificial como propiedad emergente”.
El planteamiento de Mateos sobre la IA desde la perspectiva de sistema complejo está basado en el concepto de complejidad. Si damos por hecho que la complejidad estudia cómo interactúan las partes de un sistema para dar lugar a comportamientos colectivos emergentes que no son predecibles a partir de las propiedades individuales, entonces podemos interpretar que la inteligencia artificial puede ser un sistema complejo.
Un ejemplo de ello es ChatGPT. Según Mateos,
El desarrollo de Chat GPT es un ejemplo de inteligencia artificial generativa y al verlo como una propiedad emergente se puede estudiar como sistema complejo. Se puede ver como un reflejo de la sociedad humana donde el cambio y el uso que le demos será gradual”. Por eso, por tener propiedades emergentes no lineales, muchos grados de libertad y consecuencias impredecibles, llevará tiempo comprenderlo, y será necesario utilizar distintas disciplinas y diferentes enfoques para lograrlo. Las neuronas artificiales están conectadas unas con otras, con entradas y salidas que involucran una dinámica no lineal.
Esto quiere decir que las neuronas no responden de manera proporcional a los estímulos que reciben y por eso pueden surgir propiedades emergentes.
Nuestros sistemas cognitivos asumen que la IA avanza tan rápido que resulta difícil esperar a ver qué pasa con tal o cual avance. Pero ¿Cómo aprovechar el poder de la IA generativa sin poner en riesgo los datos, los procesos, la gobernanza y la cultura?
Una de las fronteras más emocionantes es la combinación de Computación Cuántica (CC) con la Inteligencia Artificial (IA) -lo que dará como resultado la IA Cuántica–, un binomio poderoso que, según varios expertos, puede redefinir la computación tal como la conocemos.
La IA permite que las máquinas aprendan, tomen decisiones y reconozcan patrones. La computación cuántica aprovecha los principios de la mecánica cuántica para procesar información de maneras que las computadoras clásicas no pueden, agilizando y haciendo más precisa la resolución de problemas. Imagine una IA capaz de procesar información a la velocidad del rayo o computadoras cuánticas más estables y eficientes gracias a las mejoras impulsadas por la IA. La IA puede contribuir a que los sistemas cuánticos sean más fiables, reduciendo errores y optimizando el rendimiento. Al mismo tiempo, la computación cuántica tiene el potencial de potenciar la IA, ofreciendo nuevas formas de entrenar modelos, optimizar algoritmos y abordar problemas complejos que están fuera del alcance de las computadoras actuales.
¿Qué es la computación cuántica?
La computación cuántica se basa en los principios de la mecánica cuántica, un campo de la física que estudia el comportamiento de las partículas en las escalas más pequeñas. A diferencia de los bits clásicos (que son 0 o 1) utilizados en las computadoras que conocemos hoy, los bits cuánticos (o cúbits como también se les conoce) pueden existir en un estado de superposición, lo que significa que pueden ser 0 y 1 simultáneamente. El entrelazamiento permite que los cúbits se correlacionen de maneras que los bits clásicos no pueden. En resumen, las computadoras cuánticas tienen el potencial de calcular problemas complejos mucho más rápido que las computadoras clásicas.
Fusionar la IA con la CC ¿Qué significa realmente?
La inteligencia artificial (IA) y la computación cuántica (CC) son dos tecnologías poderosas que están preparadas para revolucionar varios campos. La IA generativa, un subconjunto de la IA centrado en la creación de contenido nuevo, puede mejorarse significativamente mediante el poder computacional de la computación cuántica. Esta sinergia, conocida y promovida por los expertos como IA Generativa Cuántica (QGAI), promete avances en áreas como el descubrimiento de fármacos, la ciencia de los materiales y más.
Cuestiones éticas
Como abordo en un apartado de mi tesis en la USAL, inicialmente la iniciativa en el avance de la computación cuántica la tenían las universidades, siendo sustituido en gran parte por empresas privadas. El espectacular avance tecnológico de los últimos tiempos está en manos privadas, incluyendo, el mundo de la computación cuántica. Esto implica un riesgo ético con respecto a cómo va a ser utilizado, con qué fines, con que supervisión y con qué sesgos.
Por ello, con el fin de utilizar de manera efectiva la computación cuántica -y la información cuántica-, es crucial que los expertos y los gobiernos aborden las cuestiones éticas y establezcan políticas públicas comunes. Estas directrices éticas servirán como base para desarrollar una legislación adecuada que regule el uso responsable de la computación cuántica, asegurando así un entorno ético y seguro para su aplicación. De la misma forma como ya se viene haciendo con la inteligencia artificial generativa.
Existen muchos campos que se beneficiarán con el uso de la computación cuántica, como la química cuántica, la inteligencia artificial, la ciberseguridad y todos los procesos de optimización, no obstante, en manos equivocadas, esto supondría un peligro en lugar de un avance, por lo que es fundamental reflexionar sobre estos desafíos para garantizar un uso responsable y beneficioso de estas tecnologías en constante evolución.
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COMO CITAR (APA 7)
Flores-Vivar, J.M. (18 de julio de 2025) La complejidad de la inteligencia artificial y su (posible) convergencia con la información cuántica. Cultura de Red (Blogs Fundación para el Conocimiento Madrid+d), [https://shorturl.at/4G4he]